"En aquel momento el equipo encargado de llevar a cabo este proyecto dentro de la cooperativa buscó un despacho de arquitectura de la zona, joven y con ganas de hacer algo especial"
En el año 2008, la asociación cooperativista de productores vinícolas de la zona del Txorierri y Busturia, compuesto por 16 miembros, tenía la idea hacer una bodega conjunta en una parcela de 13.526 m² en el barrio Errota de Morga, en Bizkaia.
La idea era hacer un edificio que diese servicio a todos los productores de txakoli de la cooperativa, centralizando así toda su actividad en un mismo lugar.
En aquel momento, el equipo encargado de llevar a cabo este proyecto dentro de la cooperativa, buscó un despacho de arquitectura de la zona, que fuera joven y tuviera ganas de hacer algo especial, así se pusieron en contacto con lo que por aquel entonces era Hertza Arkitektura Bulegoa, un despacho emplazado entonces en el polígono Inbisa Lauxeta de Amorebieta-Etxano.
Cuando esta propuesta llegó al despacho, la aceptamos inmediatamente, aún sabiendo que en 2008 no teníamos ninguna experiencia en edificios de bodegas. Una de las condiciones que estaban claras era que nuestro proyecto tenía que ser libre, desde el punto de vista estético y también de los materiales a utilizar, sin ningún tipo de condicionamiento por parte de los integrantes de la cooperativa. Al Consejo de la cooperativa le pareció buena idea y nos dejaron diseñarlo libremente.
Desde el punto de vista estético primaron dos conceptos: por un lado, la transparencia entre el interior y el exterior, mediante un cerramiento acristalado de carpintería de aluminio y por otro, una cubrición con un diseño curvo que se integrarse dentro de ese mismo entorno de montañas y riachuelos a modo de una hoja que cae de un árbol y queda tendida en el suelo.
Para esta idea el material perfecto era una estructura de madera laminada encolada curva con una cubrición en cobre, que al igual que el entorno a medida que pasa el tiempo va pasando de un color a otro por oxidación. Cuando presentamos la propuesta al Consejo les encantó y les pareció que cumplía con las expectativas de la cooperativa.
Además de todas estas premisas estéticas y de materiales, el proyecto debía conllevar que el edificio cumpliese con las condiciones de la actividad que se iba a llevar a cabo, la fabricación del txakoli.
Finalmente, desde Hertza Arkitektura Bulegoa, cumplimos el reto de unir funcionalidad y estética y generar un bello edificio en medio de un entorno rural. Tal es así, que actualmente la Bodega Talleri es una de las construcciones más emblemáticas de la zona, además de un proyecto del que estamos tremendamente orgullosos.
Y a ti, ¿qué te parece la Bodega Talleri? ¡Te leemos en los comentarios! 👇
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